13 noviembre 2013

El Amor .

El amor

Con ojos cerrados,
y mente abierta,
esperando preparada,
a lo que viniera.

Ni los ígneos vientos,
ni la flamígera primavera...
Ni tus dulces pecados,
ni las trémulas llamas de las velas.

Tan solo te pido,
amablemente,
claro que sin prejuicios,
sin ser arrogante:
que no me quieras;
que dejes de amarme.

Ya que por mi culpa sufres,
y el amor te ciega.
La locura te enloquece,
y me da miedo, amado mío,
a que no seas,
lo que eras.

Y los llantos...
¡Se vuelven más fuertes!
¡Desconsolado el corazón,
hasta el día de mi muerte!

Y suspiras...
Ay, suspira el enamorado,
en silencio, intranquilo,
con aire apasionado.
Siendo del dolor
total víctima; total testigo.

Porque el amor,
no es otra cosa.
Para el amor,
hay que estar preparado.

Con armadura de acero,
que de las flechas protege;
con un buen caballo,
para huir de lo que no guste;
y con escudo fornido,
para evitar ataques inesperados.

Pero digo yo, amado mío,
ámame si quieres.
Vela por mí cada noche,
si tal es lo que deseas.
Preocúpate por mí,
si eso es lo que necesitas.

Pero repito, querido mío,
que el amor es como el veneno:
quien lo toma se envenena,
quien lo deja, no se muere.

Aunque si tu sueño es,
y sin mí, no puedes vivir,
ámame, mi amor.
Quiéreme como nunca antes.
Ámame, si tal es lo que prefieres.





Annet Marie, 3/03/2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario