Despierto una vez;
dos veces;
una vez más...
Me levanto en un instante;
dos instantes;
un solo instante más...
Vivo en las vivas letras,
en tus deleitosos labios,
en los libros sin final...
Me escondo en bosques
perdidos,
tras las alas de hadas,
o me hundo en tu amor, sin
más.
Sueño con los ojos
abiertos,
clavados en cielos azules,
mirando muy alto.
Al más allá.
Me pierdo en un mar de
poemas,
en tu dulce risa.
Llego a sitios inmensos,
que ni la luz puede
alcanzar.
Me sumo completamente,
cuerpo y alma,
en poesía...
Con esa sensación,
de que no quiero sentir
otra cosa,
de que no hay nada mejor
que ella.
Que la poesía.
Duermo en caligramas,
arropada por varias
cálidas palabras
dibujadas en tu sonrisa.
De nuevo sueño...
Pero con ojos cerrados,
disfrutando el momento.
Vuelo sobre tierras
verdes,
mundo de mis fantasías.
De repente tú me sigues,
sonrío porque hacia ti me
guías.
Respiro con el corazón,
y vivo por mis ojos,
porque vida es lo que veo.
Caigo de la celeste faz,
hasta relajar mi cuerpo,
en un precioso río.
Sus pequeñas olas
lejos me conducen.
Bien a su libertad.
O bien a su final.
Otra vez despierto...
Nazco.
Muero.
Resucito.
Pienso...
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