13 noviembre 2013

Cómo duele .

Cómo duele

El viento congela mis huesos.
Esta noche camino sola.
Aún no pude librarme de las cadenas;
pero voy en tu busca, sola.
Y sólo pienso, y el deseo sube,
aumenta y llega a mí mente...
Duele mucho tener ya a alguien;
duele mucho no ser tuya.
Duele mucho cuando las lágrimas caen,
cuando el tiempo se para,
y mis pies no pueden seguirte.
Cuando mis suspiros te rodean al dormirte.
Cómo duele respirar cuando no estás,
porque entonces no comprendo por qué respiro.
¡Cómo duele el amargo silencio!
Cuando estamos cara a cara,
y los labios sellados para siempre quedan.
Tantas veces me cuestiono lo mismo...
“¿Qué no hago yo contigo?”
Pero la vida es cruel.
Y el amor, querido, sobre todo el amor...
Si el destino no quiere que juntos estemos,
entonces aguardaré con pasión.
Aguardaré a que la lluvia pare;
a que el sol venga;
a que el viento calle y nos susurre:
“¿a qué esperáis para amaros?”
Entonces, yo querido, te daría todo.
Mi amor y mi deseo...
Pero despierto. ¡Sí, despierto!
Y entonces no es nada igual.
Me hiere tanto no poder quererte,
sólo poder amarte en silencio...
Me mata el saber que tus labios
jamás serán probados por mí.
Y el dolor permanecerá justo a mi lado,
no me abandonará jamás,
como yo no dejaré de amarte.
Pero cómo duele... Sí, qué mal se siente
el no ser para ti, el no poder abrazarte.
El no poder regalarte las estrellas
y no amarnos mirando el oscuro cielo.
Me desgarra por dentro,
y sólo tu mirada esto cura.
Pero por ahora duerme.
Yo lucharé por ti en cada instante.
Sé que no es un cuento de hadas;
pero sí una cárcel.
Entonces yo pediré nuestro amor eterno.
Y lo conseguiré porque te quiero.
Y no habrá cosa alguna existente
que nos separe y nos quite el amor.
Yo venderé mi lugar en el cielo,
y te esperaré hasta el fin de mis tiempos.
Mientras tanto te amaré...
Oh, sí, ¡cuánto te amaré!

Cuánto duele verte cada día, querido,

y no tener valor para decirte que soy tuya.


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