Se recomienda leer este poema escuchando esta preciosa canción: Iain Kelso - Elegy .
Magnífica Sensación
Por primera vez,
en tus ojos pude ver,
la más magnífica sensación,
que guardada queda,
en lo más profundo de mi corazón.
Como auras brillantes,
que emanan los ángeles,
la paz y tranquilidad que envuelven,
como cálidos besos tiernos...
Donde suavidad y dulzura se siente.
Como esa sensación,
donde tu mente te dice,
que perdido y confuso estás.
Hasta que llegas tú,
y todo lo olvidado,
se comienza a recordar.
Cuando pétalos perfumados,
desvanecidos en las brisas quedan.
Cuando el suspiro del viento
sobre ti me cuenta, y me acompaña.
Rayos de sol que adornan,
mi frío corazón en tu busca,
cuando la oscuridad me susurra,
engaños que me mantienen en ella.
Pero de pronto,
ante mis ojos te posas,
curando hasta la herida más dolorosa,
y tus melodías llueven hasta mi ser.
De repente,
conviertes el frío en calor,
mi muerte en vida pura,
me salvas del temor,
del vacío de mis días,
de mi eterna perdición.
Me haces ver el mundo,
como tus ojos lo ven.
Me haces sentir la vida,
como tú bien la vives.
Me haces volar los cielos,
como tú vuelas en mi corazón.
Y solo pido,
que no te vayas.
Y si marchas,
al menos vuelve.
Sobre tus manos,
yo dejaré mi esencia.
Nunca la sueltes.
No dejes que se pierda.
Tenla contigo,
y siénteme.
Pero jamás te sientas solo.
Aunque no me veas,
a tu lado estaré.
He de cuidar de tu ser.
De verdad prometo,
que presente en tus días,
me encontrarás siempre.
En los días soleados,
yo seré tu sol.
Cuando llueva,
no impidas mojarte,
porque cada gota de agua,
seré yo.
En las solitarias noches,
la luna seré yo.
Y en cada una de las estrellas,
verás todos los momentos,
que juntos pasamos.
Cuando duermas,
en tus sueños apareceré.
Para acompañarte y velar por ti,
todas las frías madrugadas.
Viajaré con el aire,
en los gélidos crepúsculos.
En ningún momento,
te encontrarás solo.
Y cuando llegue el fin de mis días,
no me gustaría fallecer,
sin contemplar de nuevo tus ojos...
Por última vez,
en tu dulce mirada pude ver,
la más perfecta sensación,
que guardada queda,
en la memoria de mis días vivos,
en las estrellas de medianoche,
en las gotas de agua cuando llueve,
en los luminosos rayos de sol,
y en lo más profundo de mi corazón.
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