Melancolía
Como el hielo, el corazón se
quiebra.
Como los filos de cristal que
cortan.
Mi vida quemándose en piezas...
Pero una de ellas, tú la
conservas.
Conservas lo más valioso de mi
vida.
Bien guardado en un paño
bordado con hilos de oro.
Me duele no poder con nada.
Me hiere que no amanezca,
que el pasado haya volado lejos.
Que tu sonrisa guarde desolada
melancolía...
Las ganas de llorar nunca se
pierden.
La soledad y ansias de mi ser no se
calman.
El dolor y la amargura en silencio,
se sufren al unísono en este mundo
incierto.
Te observo. Te contemplo. Mantengo
sostenida,
mi mirada hacia ti. Porque cada
minuto
-no lo dudes-, todo de mi vida, va
hacia ti.
Lloraría eternamente en tus
brazos,
en tu pecho, contándote al oído,
todo lo que de ti necesito...
¿Me miras? ¿Me hablas? ¿Me oyes?
Dime si en las frías y dolorosas
noches
en mí has pensado.
¿Me has necesitado?
¿Has sentido el vacío en tu pecho
de mi amor ausentado?
Y sólo hago lo que mejor sé
hacer:
llorar para siempre...
Y para siempre lloraré.
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