Para ti, mi amor
Sea la noche oscura y dolorosa,
sea la luz tenue y temblorosa,
sea la razón dura o mentirosa.
Sea el corazón frágil y
suplicante,
sea la mente ágil y perspicaz,
sea el amanecer fuerte y
despampanante,
te amaré siempre, no preguntes por
qué.
No preguntes algo digno de saber,
algo digno de ver, de tener.
Si toda la perfección está en tu
perfecto cuerpo,
es una respuesta suficiente que
debes conocer.
Y te amo, con ojos cerrados, ojos
abiertos.
Te adoro, con labios besados,
labios en silencio.
Te quiero con todo mi corazón y
alma.
¡Ah, no! Porque mi corazón es
tuyo.
Todo lo mío reposa en tus manos.
Glorioso seas, bendecido por Dios y
sus seres.
Tú, mi ángel, luz divina que
atraviesa los cielos.
Tú, mi gloria, que abrasas el frío
invierno.
Tú, mi esperanza, que me abrazas
cuando lo necesito.
Tú, mi estrella, la que más
brilla en todos los universos.
Tú, mi todo, tú mi perfección.
¿De dónde vienes? ¿Cuándo
naciste?
Me entrego a ti totalmente, cuerpo
y alma solo para ti.
Y tus labios... ¡No hablemos!
Suaves manantiales de agua tibia,
dulces y puros.
Tus ojos... ¡No digamos!
Profundas medianoches donde mi ser
se esconde,
donde la luna se refleja y luego
nos perdemos.
Tu cara... ¡Quien pudiera verla!
No querría, no, porque eres mío,
porque soy tuya.
Y si te ven, ¡no! ¡Te perdería!
Eres tan bello, tan perfecto, que
todos caerían.
¡Todos de ti se enamorarían!
Y yo sólo te quiero para mí, mi
amor.
Porque siento que estamos
destinados,
que juntos iremos más allá de la
eternidad.
Te invito a que vengas conmigo,
que tu presencia me acompañe
siempre,
que vayamos lejos, muy lejos,
donde ni el dolor pueda
alcanzarnos.
Porque tú y yo somos uno.
Y tu cuerpo... ¡Dios mío!
¿Quién te creo?
Es que no pienso que alguien
pudiera
haberte hecho, tan perfecto.
Has nacido de una aleación de
cosas preciosas,
y brillas, mi amor, destellas.
Y nada puede compararse contigo,
porque tú lo eres todo, eres
magnífico.
Ni unos versos, ni unos párrafos.
Nada... Ni siquiera mi amor.
Te amo, sí... Cuánto te amo.
Si pudieras saberlo, te
asombrarías.
Soy para ti, y eso me enorgullece.
Es que estoy aquí, he nacido,
y aunque la vida querido sea todo
una mentira,
aunque todo sea falso y duela,
me hace feliz, -muy feliz- la idea
de que
seamos uno, de que sea tuya.
Al menos, ese es mi objetivo.
Sanarte, llenarte, entregarme a ti.
Si Dios pudiera verte con sus
propios ojos,
él se arrodillaría ante ti,
te cedería su corona de oro y
gemas,
su espada de plata y rubíes,
su trono de metales y diamantes
y te concedería su puesto,
¡seguro!
Eres eterno, completo, perfecto...
Que nadie lo vea, no amor...
Porque te perdería,
y no hay nada que más tema.
Nada que más me estremezca.
Juntos para siempre...
Y moriré por ti mi amor,
una y millones de veces.
Y cantaré porque te tengo,
lucharé por tus besos.
Naceré infinitas de veces
para que infinitas de veces
pueda conocerte de nuevo.
¡Te amo!
Quiero que lo sepan los ángeles,
todo el mundo, porque te amo.
Y ahora bésame... Cierra los ojos.
Me maravilla saber, corazón,
que tengo para siempre.
Me agrada comprender, querido,
que me amas con toda tu vida.
Me gusta oír, mi amor,
tus labios pronunciar tu dulce voz.
Me encanta ver, mi amado,
tu silueta perfecta ante mí.
Me duele no poder ser como tú,
no poder llegar a tu altura
y ofrecerte lo que realmente
mereces.
¿Pero sabes qué?
Te amo, y nada importa.
Porque el amor lo puede todo.
Porque tú, lo eres todo.
Te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario