13 noviembre 2013

Para ti, mi amor .

Para ti, mi amor

Sea la noche oscura y dolorosa,
sea la luz tenue y temblorosa,
sea la razón dura o mentirosa.
Sea el corazón frágil y suplicante,
sea la mente ágil y perspicaz,
sea el amanecer fuerte y despampanante,
te amaré siempre, no preguntes por qué.
No preguntes algo digno de saber,
algo digno de ver, de tener.
Si toda la perfección está en tu perfecto cuerpo,
es una respuesta suficiente que debes conocer.
Y te amo, con ojos cerrados, ojos abiertos.
Te adoro, con labios besados, labios en silencio.
Te quiero con todo mi corazón y alma.
¡Ah, no! Porque mi corazón es tuyo.
Todo lo mío reposa en tus manos.
Glorioso seas, bendecido por Dios y sus seres.
Tú, mi ángel, luz divina que atraviesa los cielos.
Tú, mi gloria, que abrasas el frío invierno.
Tú, mi esperanza, que me abrazas cuando lo necesito.
Tú, mi estrella, la que más brilla en todos los universos.
Tú, mi todo, tú mi perfección.
¿De dónde vienes? ¿Cuándo naciste?
Me entrego a ti totalmente, cuerpo y alma solo para ti.
Y tus labios... ¡No hablemos!
Suaves manantiales de agua tibia, dulces y puros.
Tus ojos... ¡No digamos!
Profundas medianoches donde mi ser se esconde,
donde la luna se refleja y luego nos perdemos.
Tu cara... ¡Quien pudiera verla!
No querría, no, porque eres mío, porque soy tuya.
Y si te ven, ¡no! ¡Te perdería!
Eres tan bello, tan perfecto, que todos caerían.
¡Todos de ti se enamorarían!
Y yo sólo te quiero para mí, mi amor.
Porque siento que estamos destinados,
que juntos iremos más allá de la eternidad.
Te invito a que vengas conmigo,
que tu presencia me acompañe siempre,
que vayamos lejos, muy lejos,
donde ni el dolor pueda alcanzarnos.
Porque tú y yo somos uno.
Y tu cuerpo... ¡Dios mío!
¿Quién te creo?
Es que no pienso que alguien pudiera
haberte hecho, tan perfecto.
Has nacido de una aleación de cosas preciosas,
y brillas, mi amor, destellas.
Y nada puede compararse contigo,
porque tú lo eres todo, eres magnífico.
Ni unos versos, ni unos párrafos.
Nada... Ni siquiera mi amor.
Te amo, sí... Cuánto te amo.
Si pudieras saberlo, te asombrarías.
Soy para ti, y eso me enorgullece.
Es que estoy aquí, he nacido,
y aunque la vida querido sea todo una mentira,
aunque todo sea falso y duela,
me hace feliz, -muy feliz- la idea de que
seamos uno, de que sea tuya.
Al menos, ese es mi objetivo.
Sanarte, llenarte, entregarme a ti.
Si Dios pudiera verte con sus propios ojos,
él se arrodillaría ante ti,
te cedería su corona de oro y gemas,
su espada de plata y rubíes,
su trono de metales y diamantes
y te concedería su puesto, ¡seguro!
Eres eterno, completo, perfecto...
Que nadie lo vea, no amor...
Porque te perdería,
y no hay nada que más tema.
Nada que más me estremezca.
Juntos para siempre...
Y moriré por ti mi amor,
una y millones de veces.
Y cantaré porque te tengo,
lucharé por tus besos.
Naceré infinitas de veces
para que infinitas de veces
pueda conocerte de nuevo.
¡Te amo!
Quiero que lo sepan los ángeles,
todo el mundo, porque te amo.
Y ahora bésame... Cierra los ojos.
Me maravilla saber, corazón,
que tengo para siempre.
Me agrada comprender, querido,
que me amas con toda tu vida.
Me gusta oír, mi amor,
tus labios pronunciar tu dulce voz.
Me encanta ver, mi amado,
tu silueta perfecta ante mí.
Me duele no poder ser como tú,
no poder llegar a tu altura
y ofrecerte lo que realmente mereces.
¿Pero sabes qué?
Te amo, y nada importa.
Porque el amor lo puede todo.
Porque tú, lo eres todo.

Te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario